Mira que ha habido BODAS. Y comuniones, y bautizos…. Seis hermanas por un lado y siete hermanos por otro… un montón de ocasiones de reunirnos las familias y echar unos bailables a la salud de los homenajeados.
La de mis padres fue en Anguiano,
en agosto. La novia despampanante, de blanco. No sé quién le haría a mi madre
ese moño italiano. De chiquilla me he puesto más de una vez ese vestido,
jugando. Y mi padre de traje, que le duró para otras muchas bodas. Elegantes
todos.
El convite fue en el bar de la tía Ricarda. Todavía guarda la cuenta que le cobraron. Seguro
que no había langosta ni entrecot con salsa al roquefort; pero mientras estemos
todos bien y la comida esté hecha con cariño ¿a quién le importan las
exquisiteces? Reivindico lo sencillo.
Te van a poner un diez en el curso este del blog, muy bien!!!! :-)
ResponderEliminarQué maja, Nuria; aunque la verdad soy un poco torpe, me pierdo en los detalles, me va más la anécdota que lo principal. Es que es más divertido.
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