sábado, 6 de febrero de 2016

Boda


Mira que ha habido BODAS. Y comuniones, y bautizos…. Seis hermanas por un lado y siete hermanos por otro… un montón de ocasiones de reunirnos las familias y echar unos bailables a la salud de los homenajeados.








La de mis padres fue en Anguiano, en agosto. La novia despampanante, de blanco. No sé quién le haría a mi madre ese moño italiano. De chiquilla me he puesto más de una vez ese vestido, jugando. Y mi padre de traje, que le duró para otras muchas bodas. Elegantes todos.
El convite fue en el bar de la tía Ricarda. Todavía guarda la cuenta que le cobraron. Seguro que no había langosta ni entrecot con salsa al roquefort; pero mientras estemos todos bien y la comida esté hecha con cariño ¿a quién le importan las exquisiteces? Reivindico lo sencillo.

 

Vendrán más bodas, o juntamientos, o lo que sea. Cuantos más estemos ahí para brindar por los novios, mejor.

2 comentarios:

  1. Te van a poner un diez en el curso este del blog, muy bien!!!! :-)

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  2. Qué maja, Nuria; aunque la verdad soy un poco torpe, me pierdo en los detalles, me va más la anécdota que lo principal. Es que es más divertido.

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