Dices tú de mili.....

Antes uno no se hacía un hombre de verdad hasta que se iba a la mili. 

Desfilando, fusil al hombro.

Volvían sin pájaros en la cabeza y con ganas de comerse el mundo. O eso decían. Seguro que a todos no les fue igual.

El caso es que era obligatorio y más de uno descubrió un poco el mundo al salir de casa lejos por primera vez.

Sé que mi tío Ale, el único hermano de mi padre, la hizo en África (si hoy nos mandaran a la Luna, no sé si nos parecería tan lejos…) y mi padre, en Jaca, en la nieve, al lado de la pecaminosa Francia.


Mi tío Nacho en Tetuán.

Mi padre, atrás, en el medio.

Tiene buenos y malos recuerdos. Lo mejor, como siempre, los amigos. Y lo peor…bueno, lo peor casi siempre se olvida.

Mi tío Ale

Recuerdo de un día que teníamos mucha hambre. Esteban y el recluta Benito Hernández

Ignacio en el Rincón de Medina